Nota "En el camino de Evita: Cristina y el futuro" (por José Ottavis, secretario de la Juventud Peronista de la Provincia de Buenos Aires).
Como cada 26 de julio, hoy nos debemos al recuerdo de Eva Perón.
Durante mucho tiempo vivimos este día como un modo de resistencia, atravesando con el recuerdo años de oscuridad para intentar traer al presente el camino de su estela luminosa.
Sin dudas el sufrimiento al que fue sometido nuestro pueblo durante décadas, la ignominia de nuestros dirigentes para asegurar los intereses de unos pocos, hubiesen movido a Evita a las palabras más ardientes: aquellas que sólo puede pronunciar quien siente la injusticia como un rayo en medio del pecho.
Hoy tenemos un país distinto, nuestra Nación ha levantado su bandera soberana y hemos podido dar justicia a nuestro pasado y memoria para el aquí y el mañana, para el verdadero nunca más.
A partir del 2003 los argentinos hemos construido un país que celebra las conquistas, sin dejar de considerar en primer lugar a los que aún aguardan, a los que permanecen desprotegidos, aquellos a quienes la política aún no ha logrado tocar.
Eva representa la primera mujer que tomó los cursos de la acción política, en un momento en que los derechos de la mujer aún estaban sujetos a la concesión graciosa.
La ley de sufragio femenino es también un triunfo de la prédica de aquella artista, pobre y desclasada, que sin embargo tuvo el coraje de nombrar lo que hasta entonces aparecía innominado: "?resumida en la letra apretada de pocos artículos una larga historia de lucha, tropiezos y esperanzas".
En definitiva, Eva representó el fruto de la perseverancia de las mujeres en ocupar el lugar que por justicia les pertenece.
Sin dudas el sufrimiento al que fue sometido nuestro pueblo durante décadas, la ignominia de nuestros dirigentes para asegurar los intereses de unos pocos, hubiesen movido a Evita a las palabras más ardientes: aquellas que sólo puede pronunciar quien siente la injusticia como un rayo en medio del pecho.
Hoy tenemos un país distinto, nuestra Nación ha levantado su bandera soberana y hemos podido dar justicia a nuestro pasado y memoria para el aquí y el mañana, para el verdadero nunca más.
A partir del 2003 los argentinos hemos construido un país que celebra las conquistas, sin dejar de considerar en primer lugar a los que aún aguardan, a los que permanecen desprotegidos, aquellos a quienes la política aún no ha logrado tocar.
Eva representa la primera mujer que tomó los cursos de la acción política, en un momento en que los derechos de la mujer aún estaban sujetos a la concesión graciosa.
La ley de sufragio femenino es también un triunfo de la prédica de aquella artista, pobre y desclasada, que sin embargo tuvo el coraje de nombrar lo que hasta entonces aparecía innominado: "?resumida en la letra apretada de pocos artículos una larga historia de lucha, tropiezos y esperanzas".
En definitiva, Eva representó el fruto de la perseverancia de las mujeres en ocupar el lugar que por justicia les pertenece.
Es por ello que, tras años de reivindicar su entrega, sólo ahora comienza a revelarse la impronta definitiva que ha dejado la figura de Eva en la historia de nuestro pueblo.
Como evocaba nuestra Presidenta Cristina Elizabet Wilhlem Fernández de Kirchner en el homenaje del 26 de julio de 2010, Eva supone el surgimiento de un concepto nuevo que se hizo carne en su vida cotidiana: el concepto de justicia social, como vocación tenaz de inclinación hacia los desprotegidos, ya no como caridad sino como obligación de justicia reparadora.
La importancia de este concepto traspone los límites de su tiempo.
Como evocaba nuestra Presidenta Cristina Elizabet Wilhlem Fernández de Kirchner en el homenaje del 26 de julio de 2010, Eva supone el surgimiento de un concepto nuevo que se hizo carne en su vida cotidiana: el concepto de justicia social, como vocación tenaz de inclinación hacia los desprotegidos, ya no como caridad sino como obligación de justicia reparadora.
La importancia de este concepto traspone los límites de su tiempo.
Por fuerza, el ideal de justicia social debe constituir el programa de realización de la democracia, no como el gobierno de las mayorías sino como herramienta de defensa de los más débiles.
El Estado verdaderamente democrático debe asegurar el amparo a los desprotegidos, la garantía a los marginados y la salvaguarda a las voces postergadas.
No es casual que quien hoy gobierna nuestro país, quien conduce el proyecto nacional, sea una mujer de las características personales y políticas de Cristina Fernández de Kirchner.
En sus decisiones de Gobierno vemos la realización de los pilares de la justicia social en el paradigma del Estado democrático.
Sin dudas la Asignación Universal por hijo, la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Medios Audiovisuales, por nombrar las más salientes, constituyen políticas públicas orientadas a la protección de los más débiles.
Decididamente es en la actuación de nuestra Presidenta donde podemos comprobar el significado definitivo de la figura de Eva, no sólo como recuperación de sus banderas, sino especialmente como modo de visibilización del hacer revolucionario de las mujeres.
Los argentinos y las argentinas de hoy podemos encontrar en nuestra Presidenta un modelo integral de mujer, portadora de ninguna cosa más que sus ideas, sus convicciones y su fuerza puesta al servicio del pueblo.
Armados de tales ejemplos y con el horizonte puesto en la Argentina del futuro, es momento de poner el foco en las mujeres, en el recuerdo de las luchas del pasado con Evita como mujer del bicentenario, pero también en la demanda de las del presente y de aquellas que mañana serán.
Con tal camino trazado y en este día, para el recuerdo de Eva, para nuestra Presidenta de la Nación y, en definitiva, para las mujeres que vendrán a enseñarnos con coraje otras tantas cosas, este compañero ofrece eternos sones de victoria.
El Estado verdaderamente democrático debe asegurar el amparo a los desprotegidos, la garantía a los marginados y la salvaguarda a las voces postergadas.
No es casual que quien hoy gobierna nuestro país, quien conduce el proyecto nacional, sea una mujer de las características personales y políticas de Cristina Fernández de Kirchner.
En sus decisiones de Gobierno vemos la realización de los pilares de la justicia social en el paradigma del Estado democrático.
Sin dudas la Asignación Universal por hijo, la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Medios Audiovisuales, por nombrar las más salientes, constituyen políticas públicas orientadas a la protección de los más débiles.
Decididamente es en la actuación de nuestra Presidenta donde podemos comprobar el significado definitivo de la figura de Eva, no sólo como recuperación de sus banderas, sino especialmente como modo de visibilización del hacer revolucionario de las mujeres.
Los argentinos y las argentinas de hoy podemos encontrar en nuestra Presidenta un modelo integral de mujer, portadora de ninguna cosa más que sus ideas, sus convicciones y su fuerza puesta al servicio del pueblo.
Armados de tales ejemplos y con el horizonte puesto en la Argentina del futuro, es momento de poner el foco en las mujeres, en el recuerdo de las luchas del pasado con Evita como mujer del bicentenario, pero también en la demanda de las del presente y de aquellas que mañana serán.
Con tal camino trazado y en este día, para el recuerdo de Eva, para nuestra Presidenta de la Nación y, en definitiva, para las mujeres que vendrán a enseñarnos con coraje otras tantas cosas, este compañero ofrece eternos sones de victoria.
HUIRSE BELLINA JORGE ALBERTO
DIRECTOR & REDACTOR RESPONSABLE
AMERICAN MEDIOS Agencias de Comunicación
REPORTERO TELE SUR TV
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